Ayer fue la graduación de escuela superior de Sebastián. ¡Qué momento!
¡Que orgullo! Quizás para muchas
personas una graduación de escuela superior no es la gran cosa. Para Diego
para mí, significo mucho. En la
vida, yo entiendo, que hay etapas que tienen que terminar para que puedan
empezar etapas nuevas. La etapa de niño
de Sebastián acaba de terminar. Ahora
empieza un Nuevo capítulo, su vida de universitario.
Desde niño, Sebastián ha estado obsesionado con el
clima. Dibuja tornados, tormentas,
cables eléctricos. Se despierta con el
canal del tiempo y no se acuesta sin antes chequear como va a estar el clima al día
siguiente. Así que a eso va a la
Universidad, a ser meteorólogo. Sabemos
que el camino no va a ser fácil pero con Dios delante, no hay imposibles. Lo imposible no existe.
Que si valió la pena?
Por supuesto. No nos cabe la
menor duda. Ayer, una sonrisa de
Sebastian lo dijo todo. Sentí mi corazón
chiquito. El verlo con su toga, birrete
y esa sonrisa. Mi Dios ES GRANDE. Gracias Dios
Este miércoles, tenemos otra graduación. Se nos gradúa Zassha de octavo grado. Mi querida cacata comienza su etapa en la
escuela superior en septiembre. Noveno grado. Confío que ella encuentre su camino. Que encuentre el camino que la llene
emocionalmente. Que encuentre su
paz.
Gracias a todas esas personas que nos ayudaron en el
camino. Las que nos brindaron
soluciones, palabras de aliento. También
agradezco a esas personas que con sus palabras nos llenaron de rabia para
demostrarle lo contrario. Gracias.
Sebastian, Zassha y Adriancito
Diego y yo
despues de la ceremonia
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